by Isabelle Ramseyer
Por 24 horas, los 7 días de la semana, durante 60 años, lo único que
escuchamos fueron los llantos de nuestras tierras.
6.1 millones de turistas visitan cada año. Estimulando la economía pero
manchando nuestras tierras.
Ensucian, destruyen y explotan nuestros recursos sin compensar a
nuestras tierras.
Construyen sus mansiones robándose hogares, playas y nuestras tierras.
Destruyen nuestras comunidades, identidades y dominan nuestras tierras.
Nos dejan las calles con fantasmas y cierran nuestras tierras.
Nos han negado el acceso a nuestras tierras.
Nos han expulsado de nuestras tierras.
Abuela, pero lo peor que han hecho es comprar y controlar nuestra
energía.
Abuela, cada mes y cada año los apagones dominan nuestras vidas.
Abuela, han cancelado la escuela, los supermercados están repletos y me
duele ver a los de Condado con planta eléctrica.
Abuela, el huracán María y nuestra infraestructura han llevado a la
privatización de nuestra energía.
“Nuestro futuro no parece brillante”, como dicen los que controlan
nuestras tierras.
Huracanes, inundaciones y catástrofes serán una gran parte del futuro de
nuestras tierras.
El cambio climático no es el problema más preocupante, sino esta
relación abusiva y dominante con nuestras tierras.
Si nos podemos unir a causa de esta explotación y privatización, nos
podemos unir para crear una solución y proteger nuestras tierras.
Pero en mi experiencia no son nuestras tierras.