Nuclear

by Seung Min Baik Kang

Océano

Era solamente un murmullo
atrapado dentro de un océano,
ahogado por
la corriente, la gravedad
y la fuerza magnética de la luna.
Al principio,
no me pudiste oír
ni entender.

Era un susurro,
el silbido del viento
que tranquiliza el bosque
y cura el insomnio de las hormigas.

Era un secreto,
y susurrabas cuando hablabas de mí—
me imitabas—con cuidado y
con miedo.

Pero me convertí en un grito,
un llanto
una ola violenta, capaz de destruir
castillos de arena
y llevarme conmigo las huellas en la playa.


El canto del gallo

Y si fueras un animal,
serías un gallo.
Dicen que
los gallos protegen,
defienden
sus huevos con la furia,
la ferocidad
de Aquiles.

Escribe Homero
que Aquiles, guerrero valiente,
perdía el control
de lo salvaje
que existía dentro de su
ser.
En la batalla,
con su lanza en mano,
lo controlaba su
barbaridad.

Y cómo te explico
que, aun así,
este guerrero perdió
el amor de su vida,
que su furia no fue suficiente
para proteger
su amor.

También dicen que
los gallos no vuelan, que esas alas
ocultan una realidad
trágica:
una farsa.

¿Nunca te has preguntado
si el gallo teme volar
o si no sabe
cómo usar sus alas?—
quizás nunca le enseñaron,
y así se quedó
en la tierra,
sin poder ver el mundo desde las nubes, sin
libertad.

El gallo despide la luna
y despierta el sol.
Dicen que es un canto
de alegría,
de un nuevo comienzo.

Pero a veces me pregunto
si el gallo llora
porque perdió un huevo.


Puerta cerrada

Yo,
que me derrito con tu sonrisa,
que busco tu abrazo,
que admiro el arte que creas con las palabras,
que te extraño.

Yo,
que te odio,
que te detesto por los cigarrillos que fumas en la casa,
que lloro por los gritos que diriges a Ma,
que me resiento por tu ausencia en mi niñez.

Yo,
que reverencio tu dedicación al trabajo,
que aprendo de tu canto, de tu sensibilidad a la música,
que me siento protegido,
que te quiero proteger.

Yo,
que te odio,
que no entiendo tus ojos secos—incapaces de producir lágrimas,
que escondo partes de mi ser para protegerme,
que te tengo miedo.

Yo,
que te ignoro,
que soy ignorado,
que te busco,
que me alejo,
que soy rechazado,
que soy buscado.

Yo,
que no te di un abrazo después de que murió tu Ma,
que me quedé sin palabras, sin movimientos,
que te grité de vuelta esa noche que perdiste el control,
que no te perdoné.

Yo,
que te odio—
que te amo,
que te amo,
que te amo,
que te amo,
Nunca te lo he dicho.


Prohibido

Ma,
¿Tú amas a Pa?
¿Has considerado divorciarte?
¿Por qué te casaste con él?
El silencio lo dijo todo.


Llave

La oscuridad conquistó la ciudad
y llegó con un silencio atronador;
no se podían oír las olas rompiendo contra las rocas,
     ni los ladridos del perro que vive al final de la cuadra,
          ni el canto del niño—ese canto que siempre llena la casa.

Un volcán que ya no puede resistir la presión
y quiere liberarse de los demonios que se quedaron atrapados por un milenio.
Hoy es la última oportunidad.
Entró al cuarto del niño, caminando en puntillas,
     paso
          a paso
               a paso.

Levántate, rápido, tenemos que irnos ya,
pero tenía los ojos pegados con goma.
     Vamos,
          es hora
               de buscar la llave.

Los ojos del niño: abiertos.
Casi le salió un grito a la niña.
Empieza a salir humo del volcán, el que causa lágrimas,
y dentro del centro del planeta, un temblor crece y crece.
     Respira,
          respira,
               respira.

Empiezan a caer los libros de las paredes,
y se apagan todas las luces de la casa,
y se escucha de nuevo el ladrido del perro en la esquina de la cuadra.
Finalmente, el niño también entendió que solo tenían
     hoy,
          hoy,
               hoy.

Paso a paso, los niños bajaron las escaleras:
la niña con un mapa,
el niño con una linterna,
y salieron hacia una oscuridad infinita.

Se agarraron las manos,
y caminaron hacia la ‘x’ en el mapa,
     caminaron,
          caminaron,
               caminaron.

Pero no encontraron ninguna llave.

Lo único que encontraron fue un papel y un lapicero.


Seung Min Baik is a junior at Yale College majoring in History and Economics. His parents are South Korean but he was born and raised in Guatemala City and holds both cultures close to his heart. At Yale he sings with the Yale Glee Club, works as a Peer Liason at La Casa Cultural and engages with local immigrant communities. He loves watching movies at the theater and exploring new cuisines.